Por: Marco Antonio Opengo Ochoa.
Partido trepidante de ida y vuelta,
balones a los postes, entradas lacerantes que merecían la tarjeta roja, y un estadio
abarrotado por los gringos que coreaban despectivamente en nuestro idioma el “dos
a cero”.
Sin embargo, un cabezazo soberbio del
eterno Rafael Márquez, fue suficiente para despedazar la histórica racha de los
norteamericanos de 44 años sin perder como local, ante México en un partido de
eliminatoria mundialista.
44 años nada más…
En lo que va del proceso de Juan
Carlos Osorio, es la primera mitad de este encuentro lo mejor que le hemos
visto al seleccionado nacional. Ya se le había ganado a similares importantes
como Uruguay y Paraguay, pero siempre había dejado muchas dudas y un mal sabor
de boca el funcionamiento del equipo.
Basta recordar ese fatídico 0-7
contra los chilenos que nos regresarían a la realidad, y acabaría con la mística
del timonel colombiano que hasta ese momento, había mantenido el invicto con 9
victorias en 10 partidos.
Pero en Columbus, comandados por un experimentado Rafael
Márquez y su timing, México controló
sin mayores problemas la primera parte; se defendió bien del juego aéreo y generó
varias ocasiones de gol, hasta que un disparo desde fuera del área de Miguel Layún,
nos hizo gritar el primer gol frente a los Estados Unidos como visitante, en eliminatoria desde
1997.
Para la segunda parte, los papeles
se invirtieron. Los norteamericanos heridos en su orgullo, y acordándose de que
estaban jugando como local, poco a poco fueron replegando a los mexicanos haciendo uso de su velocidad en contraataque y aprovechando los errores en defensa de El Tri; los gringos marcaron el 1-1 en el minuto 48 y nos pusieron a recordar viejos fantasmas de los años 2001, 2005, 2009
y 2013. Parecía que se le venía la noche a la escuadra mexicana, parecía...
Al final, tuvo que ser el emblemático
capitán de la selección mexicana el que nos diera la victoria, con un hermoso gol
que nos hiciera recordar al de Jared Borgetti frente a la Italia de Buffon, en
aquella Copa del Mundo de Corea-Japón 2002.
México gana, y lo hace bien. Gana con
carácter, con una propuesta ofensiva - Gio, Chicharo, Vela y Tecatito en el
ataque - y una defensa con experiencia europea - Moreno, Layún, Márquez y Reyes - que supo contener el juego aéreo
de los estadounidenses.
“La mejor generación de futbolistas
mexicanos” como los ha llamado Rafa Márquez, ha terminado con el mito del imbatible
equipo norteamericano en el gélido estadio de Columbus. Una generación dorada
con muchos elementos en clubes europeos, pero que hasta el día de hoy, ¡nada han ganado
con la selección mayor!
Pero hay que ir paso a paso y lo
demostrado en el Mapfre Stadium por el seleccionado nacional, es una muestra de lo bien que
puede jugar fuera de casa, en condiciones adversas y ante equipos de un nivel
respetable.
Por lo pronto, el martes se juega de
visitante frente a Panamá, sin Guardado y Salcedo, pero con un grupo motivado y
mentalizado para ganar, ahora sí, cada uno de sus partidos del hexagonal final.
¿Qué otras sorpresas nos preparará Juan Carlos Osorio? ¿Volverá a parar
Talavera? ¿Seguirá jugando con 4 delanteros? ¿Probará a Marco Fabián y a Raúl
Jiménez?
Lo que el colombiano piensa, solo su
libretita lo sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario