Por: Marco Antonio Opengo Ochoa.
La duda está en el aire. Rafa no lo
niega pero tampoco lo afirma; en los medios deportivos solo se especula, pero
muchos ya dan por hecho que no sucederá, que es una locura y que no le
alcanzará.
“No va poder, no va a lograrlo, que
no lo intente, que ni lo sueñe…”
¿Cuántos de nosotros hemos escuchado
esas palabras cuando hemos dejado entrever algunos de nuestros sueños?
Pero Rafa ha sido prudente, cual
discípulo de Baltasar Gracián, y ha sabido escoger meticulosamente sus palabras
cada vez que algún reportero le hace la pregunta obligada: ¿le vamos a ver
jugar en una quinta Copa del Mundo?
Parece mentira que desde hace casi 20
años, el oriundo de Zamora, Michoacán, se encuentra activo con El Tricolor.
Algunos jovencitos que actualmente han debutado en primera división, y que ya
han tenido la oportunidad de enfrentarle, ¡no habían nacido cuando Rafa fue convocado por primera vez a la Selección en 1997!
Literalmente, muchos jóvenes aficionados han visto toda su vida jugar al único mexicano que ha
ganado el torneo de clubes más importante del planeta: la UEFA Champions
League.
No lo niego, la literatura, la
historia y la política en algo me interesan, pero también el fútbol, y he seguido
a muchos jugadores mexicanos desde el Mundial de Estados Unidos 94. Pero no recuerdo a alguno
que haya demostrado poseer tantas virtudes dentro y fuera de los campos, como
el forjado en la cantera del Atlas.
Y es que lo de Márquez es poesía en
la cancha…
Sus pases largos de 50 o 60 metros,
tan precisos como un reloj suizo, no los he visto en algún otro jugador del orbe; la clase con la que se desplaza en el terreno de juego, sus barridas
oportunas, su sentido de colocación, su juego aéreo, su técnica para recibir la
pelota y tratarla con delicadeza, como si fuera la novia.
Por supuesto, su velocidad y reflejos
ya no son los mismos, como cuando era una pieza medular en el esquema del mejor
equipo del mundo, aquel Barcelona de los años 2006-2009. Pero ha sabido
suplirlos con un oportuno sentido de colocación, y así evitar ser arrasado por
los jóvenes delanteros que actualmente le desafían en la liga
mexicana.
Hace algunos meses fui a verle jugar
en el estadio Jalisco, en un encuentro frente al Monterrey; y sí, a primeras
luces uno nota su menguada velocidad, pero nunca fue un factor de riesgo para
su equipo. Por el contrario, fue de los mejores del partido anticipándose a las
jugadas y colocándose oportunamente en lugares estratégicos a la hora de
defender, así como siempre mostró superioridad en el juego aéreo, y sus pases
de larga distancia contribuyeron a la victoria de Los Zorros aquella noche.
Su trayectoria es extraordinaria: campeón en Francia con el Mónaco, campeón de España y de Europa con el Barcelona, campeón en México con el León, campeón de la Copa Confederaciones con la Selección Mexicana, con la que además jugó 16 partidos mundialistas en 4 Copas del Mundo - Corea/Japón 2012, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 -, marcando 3 goles y siendo el capitán en todos los encuentros en los que participó.
El número 4 histórico de la Selección,
ya nada tiene que demostrar. Su nombre está grabado con letras de oro en los
anales de El Tricolor, y hoy en día, su carrera le ha colocado apenas un
escalón abajo de “El pentapichichi” Hugo Sánchez.
Pero en el fondo, estoy seguro que el
ex Verona de Italia quiere alcanzar la inmortalidad a nivel mundial,
convirtiéndose en el tercer jugador en la historia del fútbol que juegue en 5 Copas
del Mundo. Record que solo ostentan el ex portero mexicano Antonio Carbajal -
1950, 1954, 1958, 1962 y 1966 - , y el alemán Lothar Matthäus -1982, 1986,
1990, 1994 y 1998 -.
A un año y medio de Rusia 2018,
Márquez sigue vigente con la Selección, y no parece haber un jugador que pueda
suplir al llamado Káiser mexicano; pero un año y medio para
Rafa - quien ya tiene 37 -, es muchísimo tiempo, dado que las condiciones de un
futbolista se esfuman aceleradamente pasados los 33.
Sin embargo, la hazaña no es imposible, y
Márquez, quien ha logrado lo que ningún otro jugador mexicano, lo sabe.
Si lo logra, ¡caray!, su epopeya será
eterna en los libros de historia del fútbol mundial, y habrá conquistado su
lugar en el Olimpo; si no sucede, su legado es lo suficientemente sorprendente
como para ser considerado, un jugador mexicano que solo nace cada 100
años.
¡Pero ojalá suceda!, ojalá podamos
verle una vez más, regar con su talento los campos del gélido país de Tolstoi y
Gorki, y ver su ascensión apoteósica como un semidiós del deporte mundial.
Ojalá, eterno capitán.
¡Excelente Rafa Márquez!
ResponderEliminar¡Gracias Abraham por comentar!
ResponderEliminarRafa Márquez, Un gran jugador de Fútbol, bien merece ser Llamado El 5 Copas...!!!
ResponderEliminar¡Ojalá llegue al quinto mundial!
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